domingo, 9 de diciembre de 2018

Poema a la indiferencia.


No has puesto ni dos renglones,
Hace un mes, según calculo,
quiero que me des…
razones,
pues todas esas cuestiones,
son obra del disimulo.

Es muy poco lisonjera
Esta situación taimada,
Y a un hijo de la...
Portera
Le pregunté, ¿hay carta?
¡Nada!, ni una tarjeta siquiera.

¿Qué hace aquel ladrón que mata
Y a su victima posterga
Para pelarle la...
plata?
Lo roba, lo desbarata
Y luego se va de juerga.

Eso hiciste tú conmigo,
Tratarme de cualquier modo,
Solo por que no te..
Hostigo,
Ni  soy consecuente en todo
Me declaras tu enemigo.

¡Pobrecillo, fue locura
Tratarte como discreta!
Mejor me hago la...
Figura
De que eres una criatura
Tan sutil como coqueta.

- Anónimo-

viernes, 29 de junio de 2018

Mi experiencia con wish.

Buscando una tienda en línea con artículos económicos me encontré con WISH, leí algunas opiniones y al parecer la única queja era el tiempo que tardaban los envíos, lo cual es lógico al estar en México y solicitar productos desde China.

Lo primero que pedí fue un reloj, del cual me dieron fecha de entrega 29 de abril, o sea un mes de retardo. A la fecha de hoy 29 de junio no ha llegado ni llegará, puesto que ya ni siquiera aparece en mi lista de pedidos.

También pedí un set de maquillaje para mi esposa, el cual tardó también un mes, pero al menos llegó, aunque no era el que pidió.

El tercer pedido fue una antena de radio para coche, este fue el artículo que llegó mas rápido, solo 20 días... lo malo fue que el artículo que llegó ni remotamente se parece a una antena.

Debo decir que de este artículo al menos me devolvieron el dinero.

El cuarto artículo fue una cinta de Velcro de doble cara que aquí es muy difícil de conseguir, la fecha de entrega era el 4 de junio, y a la fecha no ha llegado.

Y es todo. De 4 artículos solo llegaron dos, de los cuales uno no es lo que se pidió y el otro sí sirve para lo mismo pero no es el mismo modelo. Es decir, el 25% de eficiencia.

Tal vez tuve mala fortuna, pero para mi no es redituable comprar en wish.com.

martes, 11 de marzo de 2014

¡Mi primera vez!

 Salí de casa sumamente nerviosa, no sabía como sería aquello. Además, era mi primera vez, sin embargo, ya se lo había prometido y no podía echarme atrás. No debía tener miedo. Al fin y al cabo era yo quien había querido voluntariamente. Cuando llegué a la puerta un escalofrío estremeció todo mi cuerpo.

Luego, al abrir la puerta, tuve que hacer un esfuerzo por controlar el temblor de mis piernas. Entré... y allí estaba él esperándome, sonrió e inmediatamente me tomó por el brazo y me llevó a una habitación muy bonita. Amablemente, me invitó a acostarme y me dijo que me pusiera cómoda, que me relajara... que él estaba acostumbrado a hacerlo y que no me iba doler. Aunque era mi primera vez, él me inspiró bastante confianza y comprendí que no podría encontrar una persona más adecuada para hacerlo, dada toda su experiencia. Poco a poco, se fue acercando. Creo que notó mi nerviosismo y trató de tranquilizarme diciéndome que era un verdadero experto, que sabía perfectamente cómo hacerlo y que trataría de no lastimarme, ya que lo había hecho muchas veces y nunca había recibido ninguna queja.

Por fin, cuando mis músculos comenzaron a relajarse, me indicó cuál era la postura más adecuada y, poniéndome la mano en el hombro, continuó diciéndome cosas muy agradables para darme ánimo. Fue en ese momento cuando comencé a sudar. De pronto, la proximidad entre los dos se hizo inminente, sentí la presión de sus manos en mi brazo y el cálido aliento de su boca acercarse a mi rostro.

De repente, me entró algo duro y me estremecí, ya que mi cuerpo no estaba acostumbrado a este tipo de sensaciones y comencé a ponerme muy ansiosa. De pronto, comencé a sentir un dolor insoportable y lancé un grito mientras todo mi ser se estremecía. A medida que transcurrían los minutos el dolor se iba haciendo más y más fuerte y no tardó en empezar a salirme un poquito de sangre. Le supliqué que sacara su instrumento por un momento, porque me estaba doliendo mucho, pero me dijo que no podía dejarme así. Grité angustiada y dolorida hasta que me salieron unas lágrimas.

Pronto el dolor cesó y mi cuerpo fue recorrido por una indescriptible sensación de bienestar y placer. Todo había terminado. El dentista me había sacado la muela.